Normalmente, soy yo el que planea las salidas y después los compis dan el visto bueno. A última hora, se pulen los detalles, se retocan cabos sueltos y por lo general nos solemos venir arriba modificando a la alta recorridos, desniveles y cimas a conquistar, todo ello fruto como todos los años de la euforia cervecera.
Pero este año, por diversas circunstancias, no he podido preparar nada. Es más, ya pensaba que no habría salida veraniega. Visto el panorama, mi amigo Fernando tomó cartas en el asunto y nos presentó un proyecto capaz de acojonar al más pintado… Los objetivos previstos por orden de ascensión eran:
Pico Salvaguardia, Aneto, Pico de Alba, Posets y el Pavots o Tucón Royo.
A mí en un principio me pareció una auténtica locura…, demasiados desniveles para un año en el que ni siquiera había podido montar en

Con el voto a favor de todo el equipo, Fernando mi hermano y yo, nos pusimos en marcha. Carretera y manta hasta un camping en Benasque. Cena, degustación de brebajes locales, palike y a la piltra.
Día 1- Pico Salvaguardia.
Ascensión espectacular, recomendable 100 por 100 y con unas vistas desde la cima impresionantes. Se puede hacer una bonita circular, subiendo por un lado y bajando por otro. Es una “excursión” típica del valle de Benasque, apta para todos los públicos. No ofrece ninguna dificultad técnica, salvo lógicamente el propio desnivel que hay que salvar y un tramo corto en el que se camina por piedra, pulida por el paso del personal, donde hay que extremar las precauciones.
Hablando de desnivel, si subes por un lado son 700 metros…, si subes por el otro salen 1.000… ¿ Adivináis por donde subimos…? Sástamente…, mil metritos el primer día para ir estirando las piernas.
En fin, mereció realmente la pena. Se lo recomiendo a todo el que vaya por allí.
Unas fotitos…..
Aparece el sol

En plena subida

Ya un poco más arriba

Esto es mountan bike, lo demás es tontería…

En el Portillón de Benasque

Foto cima

Todo el macizo, Maladetas y Aneto, con sus cada vez más pequeños glaciares

Otra desde la cima

Ya bajando

Aunque parezca mentira, es el pico más alto de la derecha.

Unas fotitos de Fernando, el




Día 2- Día en principio tranquilo, relajado y de transición. Resultó ser otra soberana paliza. Se trataba de cargar con todos los trastos y llegar al refugio de la Renclusa, visitando el Forau de Aigualluts.
Muy chula la zona… Praderas, cascadas y una bonita vista del Aneto desde abajo. Después, no sé cómo lo hicimos pero en vez de ir por lo fácil tuvimos que currarnos el pico de la Renclusa, subir y bajar, para llegar al refugio. Menudo día de descanso….
Las tres fotitos son de Fernan…



Día 3- Ascensión al Aneto.
Qué decir de la subida al Aneto…, son casi 1.400 metros de desnivel en poca distancia y tiene de todo. Hay que tomárselo con calma, subir, casi trepar, por piedras de todos los tamaños y colores, cruzar el glaciar más grande de los Pirineos y atravesar el Paso de Mahoma. Es una cima que debe estar en la mochila de todo montañero que se precie pero…he subido a montañas con mejores vistas. A ver…, todo por allí arriba es espectacular pero me parecieron más bonitas las panorámicas desde el Salvaguardia. Es una opinión muy particular, cada uno tendrá la suya.
Vamos con las fotos y las comentamos.
Madrugón y para arriba. Mal empezamos…Las previsiones daban despejado hasta las cinco.

Parece que va despejando…

Casi llegando al Portillón Superior

Ya por encima de las nubes

Vista desde el Portillón. El Aneto al fondo muuuuuuuuy lejos todavía.

El Portillón desde el otro lado

Vamos pallá

Ya en el glaciar. El Aneto al fondo, parece que no vas a llegar nunca…

Último gran repecho

Mi hermano en el comienzo del famoso y temido Paso de Mahoma. Aunque es técnicamente muy fácil, no admite el más mínimo error. Hay que cruzarlo si quieres llegar a la gran cruz que marca la cima.
En mi caso, dejé la mochila, me asomé y vi claras dos cosas. Una, que me veía perfectamente capaz de pasarlo y dos, que no había ninguna necesidad de hacerlo. Cualquier mareillo, un tropezón tonto, una racha de viento….. Mi hermano opinó lo mismo. Habíamos llegado hasta allí y nos sentíamos plenamente satisfechos. No había por qué tentar a la suerte.

Fernando en la cima. Él si lo vio claro.

No pudimos estar mucho rato arriba, el cielo se llenó de nubes amenazantes, se oyeron algunos truenos y cayeron las primeras gotas. Así que salimos pitando para abajo. Tuvimos suerte y “solo” nos granizó durante diez minutillos, además de unas ráfagas de viento que casi nos tiran.
En definitiva, muy contentos con haber hecho “casi cima”. Recomendable para subir una vez, como mucho dos. Ah…!, batimos nuestro record negativo de tiempo de ascenso y descenso a una montaña.… trece horas y media.
Dos fotitos del



Día 4- Pico de Alba. Hay que decir que Fernando ya había estado por estos andurriales, subiendo al Aneto y al Salvaguardia, pero tuvo que renunciar al Pico de Alba por mal tiempo. Esta vez sí que lo haría, o por lo menos eso pensaba él….
Ascensión mucho menos dura que al Aneto, en menos de cuatro horas nos plantamos a 50 metros de la cima pero….nos encontramos con una chimenea que si bien no ofrecía demasiadas dificultades para subir, para bajar nos podía complicar bastante el asunto, máxime cuando el día amenazaba lluvia y la roca se podía mojar. Nos dio mal rollo y decidimos por unanimidad darnos la vuelta.
En teoría, íbamos a dormir una noche más en el refugio, pero viendo lo temprano que era tiramos para abajo para hacerlo en el camping. Mientras esperábamos en la Besurta al autobús que nos llevaría al

Al poco de iniciar la subida

El día prometía

Tomando aire

Sí, ese es el pico.

Ya estamos a sus pies.

La chimenea de marras. No se aprecia muy bien, pero daba un poco de yuyu.

De vuelta

Llegando a la Renclusa

Por último, fotito del


Una vez en el camping, miramos las previsiones meteorológicas. La tragedia estaba servida. Daban lluvia para esa noche hasta entrada la mañana. Y lo peor es que se pronosticaban tormentas fuertes para los tres días siguientes, justos los que nos faltaban para cumplir los objetivos previstos.
Vale…, decidiríamos qué hacer por la mañana.
Mientras tanto, lo más importante en esos momentos era decidir si cenábamos el menú del día, sopa de verduras y lomo adobado, o si nos tirábamos directamente a por el chuletón del valle con patatas panaderas. Sástamente…, tras unos segundos (muy pocos) de indecisión, nos tiramos a por el chuletón por lo que pudiera pasar.
Visto lo visto, acertamos de pleno el no dejarle para última hora. Se tiró toda la noche y gran parte de la mañana diluviando. Así que tristemente recogimos los trastos y tiramos para casa bastante decepcionados, pero con la seguridad de hacer lo correcto. Con mal tiempo y con tormentas no se pinta nada por allí arriba. El Posets y compañía tendrán que esperar.
Por último, os dejo algunos datos de la salida según el GPS:
Distancia total 45 km. Velocidad media 2,84 km/h, Desnivel acumulado 4.230 metros.
Creo que para unos montañeros de pacotilla que somos, salvo Fernando que se tuvo que acoplar el hombre a nuestro ritmo, no está del todo mal.
Y poco más. Un año más he disfrutado de una inmejorable compañía. Los objetivos están para intentar cumplirlos, pero lo más importante es compartir esos momentos con tu gente, se cumplan o no.
Gracias a los que habéis aguantado el tocho. Un saludo y hasta el año que viene.