Como comentaba en otro hilo pretendo aportar mi granito de arena al foro durante los próximos días/semanas/meses (dependerá de la disponibilidad de tiempo) con lo vivido en el parque durante este último viaje.
Esta era la 6ª vez que viajábamos al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido; la primera en otoño, habiendo sido el resto de viajes en primavera. En esta ocasión pasamos en este paraíso 9 días, los cuales repartimos entre los sectores de Escuaín, Añísclo y Ordesa (regresar a Pineta queda para otra ocasión).
Nunca habíamos entrado en la garganta de Escuaín y era tarea pendiente que queríamos solventar en este viaje. Por ello, nada más llegar a la zona nos acercamos al centro de visitantes de Escuaín, donde Rosa (creo que recordar que así se llamaba) nos recomendó cómo afrontar la visita a esta zona adaptada a nuestras pretensiones, que no son otras que disfrutar del paseo por la naturaleza y aprovechar para hacer alguna que otra
.La garganta es muy abrupta. Para esta primera ocasión en ella nos limitamos a recorrer sus miradores. Los miradores de Escuaín se recorren en poco más de 30 minutos por una senda sin ningún tipo de dificultad y poco desnivel. Los miradores de Revilla se encuentran exactamente frente a los de Escuaín, pero su ubicación es más impactante, pues te dejan más expuesto al abismo de la garganta.
En llegar a los miradores de Revilla empleamos unos 40 minutos (desde el punto de acceso en la carretera, antes de llegar al pueblo). La senda tampoco presenta ninguna dificultad. En este caso vamos la mayoría del tiempo bajo árboles, lo que otorga a la senda un extra de belleza. Tras pasar en ellos un rato contemplando las vistas y tener la suerte de ver cómo un quebrantahuesos pasaba a nuestro nivel a escasos 5 metros de distancia (cerca hay un muladar, con lo que más fácil el verlos) decidimos regresar por el pueblo de Revilla.
El primer tramo de la senda hacia el pueblo partiendo desde los miradores tiene momentos en los que la pendiente es importante, de subida. Hasta el final de la subida vamos bajo cobertura de árboles. Cuando llegamos al llano tenemos que buscar los montones de piedras preparados para orientarnos. Desde aquí el camino es cómodo de bajada. Las vistas son muy bonitas.
Llegados al pueblo encontramos un cartel que indicaba la existencia de una microreserva de mariposas y sugería una ruta, allí mismo, en el pueblo de Revilla. La misma pasaba por el punto donde habíamos aparcado el
, por lo que la seguimos. Efectivamente alguna de las mariposas mostradas en el cartel se mostraron a nuestro paso. En total, realizando buenas paradas y llevando un ritmo normal echamos a la ruta unas 3 horas. Considero que no son sendas que limiten la accesibilidad por motivos de vértigo, o forma física. En el caso de la circular por los miradores de Revilla-pueblo y bajada, aunque la pendiente en ocasiones sea importante, yendo despacito y ayudándose de unos bastones, creo que cualquiera puede llevarlas a cabo.
Las condiciones de luz para la fotografía no eran ideales, pero no se puede tener todo. Aquí os muestro algunas imágenes captadas en estas rutas.
VISTAS DESDE LOS MIRADORES DE ESCUAÍN
VISTAS DESDE LOS MIRADORES DE REVILLA
Gracias por pasar y si os apetece, comentar.
Saludos,
Jj.
El lugar y las fotos son de ensueño. 
