Localidad Broto.

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La localidad

Broto: Cabecera del ayuntamiento que engloba a otras diez entidades, situado a 905 m. de altitud a orillas del río Ara. De origen medieval con 51 fuegos en 1495 cuenta con 266 habitantes en el 2014, que mayoritariamente alternan la ganadería y la explotación turística. El casco urbano ofrece un aspecto moderno y urbanizado escondiendo entre sus calles algunos bellos ejemplos de arquitectura popular. La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de finales del siglo XVI se alzo en lo alto del pueblo formando ante la puerta una placeta mirador.
Atravesada por la N-260 en una hondonada apacible de campos y prados, a las faldas de Diazas, Pueyo (2028 m), Campaneta (1893 m) y Manchoya (2034 m). Su población se halla repartida en las dos orillas del río Ara que lo cruza por su centro y el nombre podría tener origen euscara y significa «lugar cubierto de muchas zarzas». Parece ser que recibió esta denominación de sus primitivos pobladores y que en el medievo hubo allí una fortaleza para defender el paso del río, que se efectuaba por el antiguo puente, del que solo quedan los estribos.
Su situación estratégica y fronteriza a la puerta de los valles superiores del Ara y su condición de punto de paso para el valle del Gállego confirieron a Broto importancia militar en las expediciones guerreras medievales.
En la antigüedad se llamó a esta villa Bergoto o Bregoto, de indudable abolengo germánico, etimológicamente hablando (Berg-Otto). El historiador García Ciprés dice que tomó su nombre de una antigua familia de este linaje, que se estableció a orilla del Ara en el época de invasión árabe en España, levantando un castillo en el actual emplazamiento de la villa, sobre la cual ejerció su pleno dominio temporal al surgir ésta, posteriormente, en torno a la fortaleza defensiva.
El cronista Zurita añade que los condes de Pallars se apoderaron de Broto y su valle cuando en 1010 llegaron al Sobrarbe. Con todo, dejando aparte algunos documentos de la época de Ramiro I en los que aparece la grafía (Bergoto) Broto, por su dudosa autenticidad, se alude expresamente a este topónimo en un diploma fanlense de 1076, que versa sobre la donación que hizo doña Oria de sus propiedades de Sarvisé y Oto, en presencia de Sancho Garcés de Broto, al monasterio de San Jenaro, a orillas del Gállego. Precisamente en este documento suprabense de hacia 1090, se habla de la participación de bienes en Broto entre el mencionado Sancho Garcés y Galindo Aznáres. De este documento se valió el erudito Ramón Menédez Pidal en su obra «Orígenes del Español» para el estudio de nuestra lengua en el siglo XI, por ser uno de los primeros que se redactó en romance antiguo.
Refiere J. Conte, que varios documentos catedralicios oscenses aluden a Broto repetidamente. Así, en 1120 Fortuño Garcés de Novales se ofrece para canónigo, dando a la catedral cuanto posee en Broto. El 22 de mayo de 1152 María Pérez empeña a Frontín y Urraca, cónyuges, sus propiedades en Broto. En febrero de 1175 figura como testigo Fortuño López de Broto en una confirmación de venta entre Urraca de Bergua y el diácono Fortuño de Arbaniés. En Abril de 1178 se nombra a Ramón de Broto como testigo en una permuta habida entre el obispo oscense Esteban y el «scriptor» Andrés. Por último el 14 de agosto de 1189 Fortuño de Tena otorga testamento en favor de la catedral oscense de sus propiedades en Broto.
Según García Cipres hace constar, don Pedro Sancho de Broto suplicó en 1338 al rey Pedro IV que le confirmara su nobleza hidalga, cosa que obtuvo del Justicia de Aragón, en nombre del monarca, el 15 de enero de 1339, haciéndose constar en dicha confirmación que de esta familia habían tomado su nombre el valle y la villa de Broto, sobre la cual ejercía su juridicción temporal.
En 1295 el pueblo de Broto era de propiedad real y en su valle se integraban las poblaciones de Linás de Broto, Fragen, Yosa, «Solvaíano», Escartín, Torla, Castiello de Moriello, Urús y Gascue. Más adelante el 17 de julio de 1403 el rey Martín I de Aragón concedió a Juan de Broto el peaje que se recaudaba en este poblado de la misma forma que lo había tenido antes Alfonso de Torla. Extinguido el señorío de los Broto sobre la villa de este nombre, quedó ésta muy pronto del exclusivo dominio de la Corona, apareciendo como realenga a finales del siglo XIV.
El 13 de mayo de 1418 el rey Alfonso V de Aragón otorgó un privilegio a Broto, prometiendo no enajenarlo de la Corona, incluyendo los lugares de Linás, Fragen, Escartín y Yosa.
Carlos Soler hace referencia a que el valle de Broto se declaró en 1512 a favor del rey Fernando el Católico contra el reino de Navarra y el condado de Bigorre.
En 1521 el rey de Francia se preparaba para promover la guerra a favor del joven Enrique II, titulado rey de Navarra; por lo que, enterado los brotenses, acordaron enviar a los síndicos Pedro Lardiés, Pedro Gavarre, Miguel Casanova y Domingo Desclanes al consistorio de diputados de Aragón el 3 de agosto de dicho año, pidiéndoles apoyo y la ayuda necesaria. Cinco días más tarde llegaron a Zaragoza, donde tuvieron favorable acogida.

Los «Anales de Labeda» citados por Briet, señalan que muchas casas y el propio hospital de Gavarnie fueron saqueados en el año 1523 por los valles de Broto, después de declarada la guerra entre Francia y España y anunciada la conclusión del acuerdo existente entre aquellos desde 1390. Los acontecimientos más importantes de estos periodos de tiempo, en la historia del valle de Broto, son efectivamente, las discordias con el vecino de Bereges, por la posesión de las tierras de pasto en las vertientes de esta última comarca, que los primeros vinieron usando desde épocas remotas; al serles disputados hubo una serie de luchas armadas entre los habitantes de estos valles, y perdonándose previamente toda ofensa y daño, las dos partes pactaron el 2 de julio de 1390 una tregua de ciento un años, reconociendo la común posesión de las montañas en litigio. El tratado o «pacería» anterior fue restablecido por laudo arbitral el 1 de julio de 1575 que luego fue sufriendo modificaciones con los años.
En 1523 los habitantes de Broto y su valle comunicaron a sus vecinos de la vertiente francesa la ruptura de la paz, invadiendo al poco Gavarnie, donde saquearon el hospital de San Juan de Jerusalén y otros edificios, según afirma el historiado galo Sarramón. Los litigios entre Broto, Linás y Fragen sobre aprovechamiento de pastos trataron de ser resueltos amistosamente en 1549 y en 1550 principalmente; pero, al continuar éstos, se procedió a nombrar árbitros para dirimir la cuestión, así lo fueron el licenciado Pedro Barrau, rector de Asín y Comisario de Santo Oficio; Isidro Claver, señor del lugar de Lardiés y de la pardina de Trillo; Juan Pascual y Juan Cajol de Torla; Juan Villamana de Broto; y Miguel Arnal de Linás. El 20 de agosto de 1603 dictaron sentencia arbitral ante Martín de Santa María y Pedro del Río, notarios respectivos de Broto y de Linás, acordando amojonar los diezmarios y tierras de labor, marcando pasos cabañales y lo que había de ser término propio de cada una de las tres localidades, dejando fuera de los mojones lo común de cada una de ellas. También se dictaron normas para el aprovechamiento de pastos en el Boalar y puerto de Soaso, en las pardinas de Orús y Escuer, y costear en esta última la reedificación de la ermita de Santiago con 40 libras jaquesas.
La guerra de Sucesión tuvo sus incidencias en la zona, y en 1712 fue firmado en Gavarnie un nuevo convenio entre los de Broto y Bareges por el que continuaba vigente el derecho de propiedad de los primeros, mediante el pago de un canon.
En el año 1785 se le otorga a Broto el título de Villa; siguiendo en su condición de realengo que ya tenía.
El 12 de julio de 1808, durante la Guerra de la Independencia, el general oscense don Felipe Perena organizó tres tercios de mil hombres cada uno para ir al Pirineo, destinando a uno de ellos a Broto y su valle, cuyos habitantes conjuntamente con los soldados de Perena se cubrieron de gloria contra los invasores napoleónicos.
En el año 1834 se constituye en Ayuntamiento.Por el tratado de delimitación de 14 de junio de 1862, firmado por Napoleón III de Francia e Isabel II de España, se establecen los derechos de ambos valles a las montañas fronterizas y las formas y fechas de utilizar los pastos, que luego son rectificados en algunos aspectos.
Broto es una excelente estación veraniega, tanto por la suavidad de sus temperaturas estivales como por su incomparables paisajes y el centro económico y comercial del valle. Su templo parroquial, con cuadrada torre rematada con almenas, es de estilo gótico; de una nave, con bóvedas de crucería. Su puerta está adornada con seis archivoltas labradas, que se apoyan en pilastras. En dos de ellas consta una inscripción que dice que en el año 1578 Antón de Celma y Juan de Uxolxa la hicieron. Esta parroquia de San Pedro Apóstol perteneció al arcedianado de «Las Valles» y fue asignada a la diócesis oscense por Inocencio III en sus bulas «IN EMINENTI SEDIS» y «NE LITES AMICABILI», expedidas en Letrán el 27 de mayo de 1203. En el siglo XIII ostentaba la categoría de rectoría, conservándola hasta el siglo XV, en cuya época quedó convertida en vicaría, con un titular y tres racioneros. El 1 de octubre de 1559 el director Pedro Vitales, provisor diocesano y más tarde abad de Montearagón, visitó la iglesia de Broto en nombre del obispo oscense don Pedro de Agustín. A mediados del siglo XVIII el director Pedro de Santa María, deán de Arequipa (Perú), dejó importantes sumas y objetos de arte a su villa de nacimiento, y eran varias las familias que todavía en el siglo XIX ostentaban el patronato de algunos altares. Así, la familia Santamaría tenía el altar del Pilar; la de Felices, el de la Piedad; la de Sesé, el del Santo Cristo; la de Buisán el de Santa Quiteria; y la de Sierra la de la Concepción. También existían las cofradías siguientes: San Pedro, San José, Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora del Morillo; la de «Letrados» y la de Nuestra Señora de la Piedad. Esta última se fundó el 7 de septiembre de 1503 y estaba compuesta por siete sacerdotes y veinticuatro infanzones, siendo conditio sine qua mon para los laicos el haber probado su infanzonia. Por último, la iglesia de Broto pasó al obispado de Jaca por Decreto 1416/54 de la Sagrada Congregación Consistorial, firmado por el cardenal Piazza el 2 de septiembre de 1955 y ejecutado el 1 de enero de 1956.

En la orilla izquierda del Ara se levanta la denominada «Casa del Valle», imponente caserón, donde se celebran las reuniones de la Junta de la Mancomunidad que vigila la aplicación de los privilegios otorgados por Jaime II de Aragón en 1 de julio de 1323, y confirmados posteriormente por Pedro IV, Juan I, Alfonso V y Felipe II, por los cuales el valle posee en el término de Torla – Ordesa diversos montes, así como administra las montañas y pastos propios de Bareges. La componen 16 junteros y un presidente que por turno es de los núcleos urbanos de Broto, Oto, Torla – Ordesa y Linás y desempeña el cargo durante dos años. Merece visitarse la llamada ermita de San Clemente en el interior de la población y cuyos muros tiene la clásica arquitectura de estas montañas. Queda algún resto de la que fue la iglesia de la Piedad, que tuvo importante cofradía. La villa esta dividida por el Ara en dos barrios llamados «Los Porches» y «Santa Cruz».
En las afueras se encuentra una urbanización llamada «Nuevo Broto» que es un importante núcleo de edificios turísticos y residenciales. Junto a ella se levanta la pequeña y románica ermita de San Blas, obra de comienzos del siglo XII, de planta de cruz latina y bóveda de medio cañón, con techumbre de losa. En los alrededores, llenos de sugestivos parajes, se encuentra la cascada de Sorrosal, por lo que este barranco se precipita desde más de 50 m. de altura antes de unirse al Ara; y la ermita de Nuestra Señora de Murillo, ésta a 1470 m. de altitud, sobre una loma desde la que se aprecia amplia panorámica del valle. Se va en romería el 1 de mayo y su edificio rústico, de piedra, fue construido a finales del XVII.
La villa ha sido cuna de notables linajes altoaragoneses: el de los de Broto, cuyo escudo de armas figura ahora en el sello municipal; los Allué, Aznar, Buisan, Felices, Ferres, Gabás, Gallan, Linas, Más, Ortíz, Otñin, Santa María, Sesé, Villamana, Español, Ribera, Acin, Cadena, Cajol, Maza, Orú y otros muchos, que, ganaron su nobleza y ejecutorias infanzonia, en la defensa de las tierras y en la conquista de otras al servicio de los reyes aragoneses.
La Heráldica Municipal de Broto queda plasmada en un escudo partido en palo: En el primer cuartel, de oro, encina de sinople con su copa partida por un rayo -y un ave posada en la rama desgajada, que son armas de los de Broto, sus primeros señores juridiscionales-; en el segundo cuartel, de oro, los cuatro palos de gules de Aragón -por su calidad de realenga desde finales del XIV-. Como timbre del escudo, la corona real.
Entre los más antiguos del Pirineo puede considerarse el dance típico o pastorada de Broto, que se llama «palotiau» en el que intervienen como danzantes los mozos, formando grupos de cuatro, quienes ejecutan evoluciones y pasos lentos, siguiendo la melodía clásica que se realiza el primer domingo de Octubre y en la procesión del Corpus.
La población se encuentra bien dotada de establecimientos turísticos, en ella se practica el deporte de la pesca y caza, actividades de aventura: trekking, rafting, descenso de barrancos, BTT…

Su iglesia

IGLESIA DE BROTO. Descripción:
– El edificio: Edificado en el siglo XVI su aspecto defensivo, particularmente evidente en la torre (con almenas y aspilleras), entronca el castillo que, en la margen izquierda del río Ara, defendía estratégicamente a la población durante la Edad Media.
Consta de atrio, una ancha nave, coro de doble planta, ábside poligonal y tres capillas laterales, todo ello cubierto con bóvedas de crucería estrellada. Una cuarta capilla lateral junto al coro, así como la sacrist´´ia que rodea el ábside fueron añadidas en el siglo XVIII.

u imponente fábrica exterior contrasta con la escueta decoración interior. Ello es debido a que su rico equipamiento (retablo, imágenes, órgano) fue completamente destruido en 1938, con motivo de la Guerra Civil.
Los actuales retablos proceden de núcleos deshabitados de la diócesis de Jaca así como de los fondos del Museo Diocesano. Las imágenes fueron donadas por los vecinos en los años inmediatamente posteriores a la contienda, una vez restaurado el edificio.
Sus cuatro campanas, refundidas en 1995, cuyos nombres son «Virgen de Morillo», «Jesús, José y María», Virgen del Rosario» y «San Pedro», son volteadas por los mozos con motivo de las fiestas patronales (que se celebran el primer domingo de octubre en honor a la Virgen del Rosario) y de otras fiestas religiosas (como la procesión del Corpus).
– El interior:
1.-. El retablo del altar mayor procede de la Iglesia Parroquial de Tiermas y fue traído a Broto en 1963. Construido en el siglo XVIII, es de estilo barroco y estaba dedicado a San Miguel. Las telas laterales representan a los evangelistas San Lucas y San Juan. Corona el conjunto un Calvario, con las tallas del Crucificado, la Virgen y San Juan.
La imagen de la Virgen del Rosario procede del Museo Diocesano de Jaca y es una talla de madera del siglo XVII. Ocupa este lugar central por ser la patrona de la villa.
La cruz parroquial, así como otros objetos de culto, fue donada por el Deán de Arequipia (Perú) en el siglo XVII.
2.- Esta bandera, de grandes proporciones y de color rojo, encabeza la procesión de la fiesta mayor. Es también subida a hombros por los mozos y ondeada en lo alto del Punta del Mayo con motivo de la romería de la Virgen de Morillo, el día 1 de mayo.
3.- El retablo de la Asunción que figura en esta capilla es el de mayor interés de la iglesia. Procede de Paternoy y es de estilo renacentista (siglo XVII). El altorrelieve central representa la Asunción de María, rodeada de los apóstoles, según una vieja tradición. Está enmarcada por cinco hermosos oleos sobre tabla, de fina y cuidada ejecución: La Trinidad, la Anunciación, la Visitación, la Adoración de los Magos y el Nacimiento. Los que adornan el banco inferior y el sagrario son, de izquierda a derecha, Santa Orosia, San Juan Bautista, Santa Lucía, Santiago peregrino, Cristo resucitado, San Antón Abad, Santa Bárbara, Santa Ana con la Virgen y el Niño y Santa Elena.
4.- El vano, actualmente tapiado, daba acceso al púlpito. En lo alto, un escudo de piedra con las llaves de San Pedro sobre la fecha 1561. La talla de madera de San Miguel Arcangel (siglo XVIII) es la que ocupaba el lugar central del retablo mayor.
5.- Dos óleos figuran en el retablo de San Esteban (siglo XVII), el que representa su martirio y otro con la Crucifixión. Además de su rica policromía, exhibe un suntuoso sagrario, con las figuras de San Lorenzo y San Francisco Javier en los laterales.
6.- Sobre la pila bautismal, tallada en piedra también del siglo XVI, un óleo reciente representa el bautismo de Jesús.
7.- Cuadro de San Miguel Arcángel, del siglo XVII, procedente también de fondos diocesanos.
8.- La pila de agua bendita es del siglo XVI y de los mismos autores que la portada.
9.- El retablo de San Lorenzo, del siglo XVII, dorado y policromado, muestra un óleo sobre lienzo con la escena de su martirio y un escudo con la parrilla en su parte superior.
10.- Las imágenes modernas expuestas en el templo, de mediados del siglo XX, son: San Pedro, la Inmaculada, la Virgen de Lourdes, el Sagrado Corazón, San José, el Santo Sepulcro, Santa Teresa y el Niño Jesus, la Virgen del Pilar, la Dolorosa y el Cristo en la Cruz. Las dos últimas, junto con el paso del Santo Sepulcro, son sacadas en procesión del Viernes Santo.
– La portada exterior:
Abierta al sur y protegida por un alto cerrado con verja de forja, la portada no carece de originalidad. Consta de cinco arquivoltas de arco de medio punto, alternativamente de baquetón y cordón, y una más exterior de arco conopial, todas ellas separadas de las correspondientes pilastras por una imposta corrida de cabezas de ángeles. Se completa con dos relieves enmarcados que representan a San Juan Bautista y a otro santo, y con la inscripción «JHS. El anyo 1578 Anton de Celma y Ioan de Uxolxa me hicieron». Destacando sobre una hornacina, recientemente sacada a la luz, corona el conjunto la Virgen con el niño, talla en piedra negra de 1957.
– Historia:
Esta parroquia perteneció en la Edad Media al arcedianato de «La Valles» y fue adscrita a la Diócesis de Huesca por el papa Inocencio III el 27 de mayo de 1203, siendo sede del arciprestazgo de Broto. El año 1955, con motivo de una reestructuración de las diócesis aragonesas, pasa a depender de la Diócesis de Jaca.
En ella fueron bautizados relevantes nombres de la iglesia como Fray José Linás y Aznar, mercedario, nombrado arzobispo de Tarragonaen 1694. Pedro de Santa María nombrado deán de la catedral de Arequipa (Perú) en 1766, y Fray Miguel Otín, benedictino, penúltimo abad del monasterio sobrarbense de San Victorian, en 1819.
En la actualidad la parroquia está a cargo de un equipo pastoral integrado por tres misioneras de Nuestra Señora del Pilar que residen en la anexa abadía de Broto y por el párroco que lo hace en la de Torla. Todos ocupan se ocupan conjuntamente de la atención pastoral de una extensa zona que comprende el Valle de Broto y los pueblos colindantes de la Ribera de Fiscal.
El primer fin de semana de octubre se celebra la Fiesta Mayor en honor a la Virgen del Rosario, siendo una de las actividades más características de esta fiesta el Palotiau que ejecutan un grupo de danzarines locales con vestuario singular.
El 3 de febrero se celebra la Fiesta de Invierno, en honor a San Blas. Junto con los vecinos del cercano pueblo de Sarvisé se lleva a cabo una romería hasta la ermita del santo, en el camino de Broto a Sarvisé.
El 1 de mayo se hace una romería hasta la ermita de la Virgen de Morillo, ermita medieval último vestigio de lo que antes fue una fortificación que permitía observar todo el valle desde un alto.
El segundo domingo de junio se hace una romería a la ermita de Santa Elena, cercana a la villa.
Cada 25 de septiembre, o en su defecto, el fin de semana más cercano a él, se efectúa la Feria de ganadería del valle.

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